La muerte de Severiano Ballesteros ha supuesto conmoción en el mundo del deporte español. Conmoción y otras cosas algo más turbias.
Sandro Rosell desde su Twitter oficial enviaba este mensaje al poco de hacerse oficial la muerte de Ballesteros:
Da sus condolencias, sí, pero después de dejar claro que era culé. Como dejando claro que es una condición indispensable si quiere descansar en paz. No es "Ha muerto Severiano Ballesteros, descanse en paz, coño que es una leyenda y eso ¿no? Yo creo que se merece descansar en paz", sino "Ha muerto Severiano Ballesteros, GRAN BARCELONISTA. Descanse en paz". Da la sensación de que si no tuviera la restricción de los 140 caracteres de Twitter hubiese añadido un "¡No se morirán el puto Fernando Alonso o el mierda ese de Rafa Nadal, joder! Puta escoria".
Pero no nos quedemos en Sandro Rosell y su plan maligno para acabar con todos los madridistas del mundo. Ayer el Valencia ganó a la Real Sociedad por 3-0, haciendo un partido muy completo. Unai Emery está siendo discutido como entrenador para la próxima temporada y necesitaba un buen partido así que agradecía este resultado. Pero quería agradecer más cosas:
En el párrafo indicado se puede leer lo siguiente:
«El equipo -decía el entrenador- tenía un reto importante después de dos derrotas. Queríamos hacernos fuertes y elevar la autoestima de los jugadores de cara a su afición. Siento satisfacción por la victoria, por ser matemáticamente de Champions, por la afición, porque estaban Puchades e Eizaguirre, por Severiano Ballesteros y por De los Santos»
"Siento satisfacción por (...) Severiano Ballesteros". JODER. Jamás hagáis enfadar a Unai Emery.
En cualquier caso, dejando de lado frivolidades, lo que queda claro es que con la muerte de este golfista de leyenda probablemente no habrá lugar para más Severianos en el mundo. No hablo en un sentido metafórico. Me refiero al nombre. Sería un gran deportista pero tenía un nombre prehistórico.
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