miércoles, 6 de abril de 2011

El fenómeno fan en 19 segundos

Justin Bieber está en España. Zapatero dice que no se presentará a las elecciones. Yo dejo esos dos datos ahí, que cada uno haga lo que quiera con ellos.


¿Qué vamos a descubrir de Justin Bieber ahora? Le han tirado una botella en mitad de un concierto, le han fusilado en un capítulo de C.S.I... Ya está todo lo bueno dicho sobre él. Ahora mismo. Hace tres frases, exactamente. Está en negrita.


El caso es que tiene un gran poder de atracción sobre la juventud. La juventud que con el paso del tiempo acabará creciendo, claro. Habrá prestigiosos médicos y científicos que en su momento lloraron por que Justin Bieber les tocó la mano. Que te vaya a extirpar un tumor maligno un tipo que en su día hacía frente al espejo como que cantaba el último hit de Justin Bieber. Ese tarareo de "Baby" que hace el cirujano un momento antes de ponerte la anestesia. Da igual los años que pasen, esto es así, por muchos que les odiemos yo digo "Everybody" y BackStreet Boys y todo Dios tiene la sintonía de la canción en su cabeza.


Todos conocemos a la niña que se enfrentaba con el mundo por medio de YouTube para defender la idolatría que sentía sobre el cantante pop. Tampoco podemos olvidar a la que se tatúo el nombre del artista junto a un corazón o la que sufrió un ataque de ansiedad en un famoso canal de televisión americano al ver una foto suya. O la que acudió al centro de la plaza en la que vivía con un subfusil disparando a todo aquel que apareciera mientras gritaba "Justin Bieber es mi pastor, nada me falta". Bueno, vale, esta última es mentira. Pero también lo son las dos anteriores. Vaya giro inesperado, repentino y absurdo, ¿eh?


Pero centrémonos en lo realmente importante. En lo importantísimo. No es la primera vez que Justin Bieber pisa el país de los toros, el flamenco y "Callejeros". Aún así ha sido esta segunda vez cuando ha dejado un momento grandioso. Muy atentos al significado simbólico del mismo:





En 19 segundos queda reflejado el significado del fenómeno fan. Y por meros periodistas que probablemente no hayan escuchado ni una sola canción de Justin Bieber. Periodistas que podrán haber estado en Irak, Libia o Egipto pero que no son conscientes del verdadero significado de la palabra sufrimiento. Que también que trayectoria tan extraña, pasar de estar en Irak a la recepción de Justin Bieber en Madrid. Ahí se oculta algo. Seguro.


19 segundos. Entra Justin haciéndo el símbolo de la victoria en plan "yo soy más de paz que de guerra". Los periodistas tienen un mismo objetivo: gritarle a Justin. Dejarle claro su existencia. Están ahí por él. Exclusivamente. Y quieren su atención. Justin empieza a acercarse a la puerta de la salida. A alejarse del lugar que comparte con esos periodistas. Empiezan a llegar los ruegos. Los "por favor Justin, no me hagas esto tú también". Él pasa de todo. Total, ellos son solo otros periodistas más. Se va. Llegan los insultos. Destaca el "idiota". Hay millones de insultos para elegir. La rabia del momento hace que todos coincidan en uno, el primero que se ha escuchado. La decepción ocupa el 95% del cerebro, no puede surgir un imbécil, gilipollas, hijo de puta... Solo hay una mente superdotada que se permite un "payaso". 19 segundos.


De rogar su atención a insultarle y rechazarle. El fenómeno fan explicado en menos de 20 segundos.

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