lunes, 31 de enero de 2011

Refrán Dhul

Refranes y dichos. Normalmente expresados por ancianos entrañables o jóvenes repugnantes. Todos ellos tienen algo en común: son populares. En otras palabras, no se puede asociar ninguno de ellos a un nombre propio. Nadie sabe de dónde han salido, como los jugadores que llegan para formar parte de un equipo recién ascendido, cada verano.


El ser anónimo. Ser parte de una serie de obras, cuyo único fin es la realización personal. Lo haces, pero para tí. Todos tenemos nuestra vena anónima, especialmente en la adolescencia. Otra consecuencia de ser anónimo, y completamente desconocido, es que te acabe fichando el Atlético Madrid, pero no voy a hablar de eso ahora.


La cantidad de refranes y dichos populares es enorme. No se pueden contar con los dedos de una mano, a no ser que hayas decidido pasar algún verano en Chernobyl. Son tantos, que ya no se preocupan ni siquiera de mantener un mínimo de coherencia. "A la tercera va la vencida", pero tú, "No hay dos sin tres". "A quien madruga, Dios le ayuda", pero no olvides que "No por mucho madrugar amanece más temprano". Sí, son anónimos, pero un poco cabrones también. ¿Y si todos los refranes son fruto de los delirios de una persona bipolar, qué? ¿Nos estaremos fiando de una persona desequilibrada mental? ¿No os preocupa eso? ¿Sí? ¿Y qué hacéis leyendo esto entonces? ¿Sois bipolares también? ¿Quedamos un día de estos, y nos hacemos unos refranes, y si vemos que nos va bien, nos convertimos en directores deportivos del Sevilla?


Pero no nos vayamos por las ramas, que esto es un blog de deportes. Vosotros estaréis pensando, "¿todo este coñazo, exactamente, a qué viene?" Muy fácil, amigos impacientes y bordes. Hoy, gracias al deporte, damos un gran paso, en descubrir parte de la identidad de uno de estos anónimos personajes.





Y es que, el que dijo aquello de "Una imagen vale más que mil palabras" era culé, fijo.

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