martes, 15 de junio de 2010

Durica visión

Nueva Zelanda-Eslovaquia, ese partido que todo aspirante a periodista sueña con narrar alguna vez en su carrera, ha finalizado con un 1-1. Pero quedarnos solo con eso, después de la cantidad de acontecimientos que se han vivido a lo largo del encuentro sería de gente racional. No lo podemos permitir.

El gol de Eslovaquia lo ha marcado Vittek, el de las computadoras infantiles. El tanto de Nueva Zelanda ha subido al marcador por medio de Winston Reid. Tras marcar el gol, ha recibido una tarjeta amarilla. Significativo. Ver en un partido entre neozelandeses y eslovacos dos goles, es como ver marcar un gol a Portillo, algo que podremos contar a nuestros nietos con orgullo, cerrando la boca a esos que fardan de ver un cometa Halley, vulgar y corriente. Bertos que además de ser el plural del hombre que copresenta Buenafuente, es un jugador de Nueva Zelanda, ha dicho que entiende que Italia está por delante de ellos, pero que no tienen nada que envidiar a Paraguay y a Eslovaquia. Te equivocas Bertos, Italia no ha demostrado en ningún momento merecerse privilegios.

Destacar también la imagen de Simon Elliott, centrocampista neozelandés, lo mismo te da un pase al hueco, que te vende pan o te corta 100 gramos de mortadela:





Aparte del espectáculo vivido en el cesped, tenemos que recoger una declaración de Santiago Cañizares, esa persona y mejor portero, que ha dicho:

Tenemos la oportunidad de ver a Nueva Zelanda, que decepcionó en la Confederaciones.

Lo sentimos, neozelandeses. Cuando hay expectativas, te expones a críticas.

2 comentarios:

  1. Jaja te estas tirando al sensacionalismo mas puro eee cuatrero!!!!!

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  2. @Anónimo

    Hay que ir a lo que vende. Aunque seguramente, después del Mundial, yo también abandone el grupo PRISA...

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